Desvelar: Descubrir, poner de manifiesto // Quitar, impedir el sueño, no dejar dormir // Dicho de una persona: Poner gran cuidado y atención en lo que tiene a su cargo o desea hacer o conseguir. (Según RAE)

Un trayecto poético y visual de Agustín Calvo Galán

Las imágenes y videos y todos los textos: autoría de A.C.G. puedes usarlos, siempre y cuando menciones la procedencia y autoría. Gracias.

viernes, 31 de mayo de 2013

HISTORIAS DEL RAVAL de Barcelona (XXXI)


La espeluznante historia de Enriqueta Martí, llamada la vampira del Carrer Ponent (hoy Joaquín Costa) nos recuerda que la historia del barrio del Raval ha estado sazonada siempre de sucesos truculentos y trágicos, donde miseria y bajos fondos servían a las "necesidades" hipócritas de una clase alta todopoderosa. Durante la primera década del siglo XX se había extendido en el imaginario popular la idea de que por el entonces barrio chino se secuestraban niños pequeños para asesinarlos, sacarles la grasa y hacer hungüentos para rejuvenecer señoras de la alta sociedad. Esta idea se reafirmó y tomó forma cuando fue detenida Enriqueta Martí, mendiga y sospechosa de secuestrar niños, prostituirlos y asesinarlos; en cuyo domicilio, dicen las crónicas, la policía encontró no sólo a dos niños con vida, sin parentesco demostrado con ella, sino también los restos de huesos de unos 10 niños, además de una infinidad de potes y jarras con pociones y cremas. Las clases populares sospechaban que detrás de tales atrocidades estaban algunos de las familias y algunos de los prohombres más reputados y pudientes de la ciudad, por lo que se temía que la verdad nunca iba a salir a la luz. Efectivamente, Enriqueta Martí no llegó a ser juzgada, fue llevada a la cárcel de mujeres Reina Amalia (uno de los lugares más siniestros y temidos de la época, situada en la hoy plaza Folch i Torres, demolida en 1936), allí intentó suicidarse en varias ocasiones. Ante la indignación popular, las autoridades y la policía informaban que Enriqueta Martí estaba siendo controlada para que no se suicidara y pudiera ser juzgada y ajusticiada. Pero, al fin, después de pasar más de un año encarcela y ya con la indignación popular a la baja, murió tras la paliza que le propinaron unas presas, aunque el informe oficial decía que había muerto por una enfermedad grave. Así que Enriqueta Martí falleció sin aclarar ninguno de sus secretos ni delatar a ninguno de sus, presumiblemente, poderosos clientes. De esta manera, todo lo que nos ha quedado son las crónicas periodísticas de la época que, forzosamente, se hacían eco de los rumores ciudadanos, pero también de las informaciones interesadas de las autoridades y de la policía.

2 comentarios:

  1. Interesante historia, como muchas, queda una gran duda
    saludos

    ResponderEliminar
  2. Gracias. Sí, dudas... pero historias que se repiten de una u otra manera, y la justicia (y las autoridades) actuando en favor de algunos.

    ResponderEliminar